LA PEONÍA
La peonía recibe su nombre de Paion, médico griego que
con esta flor curó a Platón. Fue descubierta originariamente en las estepas de
Siberia y Mongolia y aunque se desconoce cómo llegó hasta la cultura griega,
causó tal furor en Grecia hace más de 2.000 años que cada centro religioso
llegó a tener numerosos arbustos de esta flor, que era muy valorada por las
propiedades curativas sobre más de 20 enfermedades conocidas entonces.
Actualmente la peonía continua siendo objeto de investigación científica y
están probados sus beneficiosos efectos en tratamientos antitusivos, sedantes,
antiepilépticos, como purgante o para tratar la gota.
Durante mucho tiempo se pensó que esta flor era el
hogar de las hadas y las ninfas, que se escondían en sus numerosos pétalos.
Debido a esta creencia la peonía se cultivaba con especial mimo ya que estos
personajes mitológicos eran valorados muy positivamente por creerse que atraían
a la buena suerte. Quizá por eso esta flor ha sido tradicionalmente vinculada
con la prosperidad.
La peonía era una de las flores principales en los
jardines imperiales chinos, donde se conocía esta flor como “Sho Yu”, que significa “la más bella”.
Los elementos característicos de esta variedad, como los pétalos dentados o el esplendor de sus botones florales, eran utilizados frecuentemente en tejidos de seda y materiales textiles destinados a la familia Imperial, que tenía el privilegio de utilizar los dibujos que representaban la peonía como símbolo de lujo, vinculación divina y poder terrenal del Emperador, ya que se creía que esta planta podía llegar a vivir más de 100 años si era cuidada adecuadamente.
Los elementos característicos de esta variedad, como los pétalos dentados o el esplendor de sus botones florales, eran utilizados frecuentemente en tejidos de seda y materiales textiles destinados a la familia Imperial, que tenía el privilegio de utilizar los dibujos que representaban la peonía como símbolo de lujo, vinculación divina y poder terrenal del Emperador, ya que se creía que esta planta podía llegar a vivir más de 100 años si era cuidada adecuadamente.
En Europa la peonía empezó a introducirse en el siglo
XVI de mano de los comerciantes que regresaron del Lejano Oriente trayendo
consigo semillas y esquejes de esta planta. A partir de entonces, numerosos
pintores utilizaron esta flor para sus cuadros, especialmente cuando se quería
destacar la importancia y elevada cuna del personaje retratado, que podía
permitirse tener estas flores en su entorno. Pero no fue hasta el XIX cuando
los jardines europeos comenzaron a llenarse de peonías, especialmente en el
Reino Unido durante la época victoriana, donde esta flor era considerada
símbolo de veracidad pero también de timidez.
Fuente de datos: “floresfrescas.com”